viernes, 7 de noviembre de 2014

Mi tartamudez. Capítulo 1

Hace unos días me di cuenta, estoy recobrando fuerzas para cerrar capítulos de mi vida que aún tenia pendiente. Va siendo hora de aceptarme y quererme tal como soy. Que difícil es quererse a sí mismo ¿cierto? pues hoy lo he hecho, he puesto música, he bailado, he cantado y he llorado. He echado de menos a alguien y me he enamorado un poquito mas de otra persona. He conocido gente nueva fantástica y estoy echándole cojones a la vida porque había llegado a un punto donde no podía permitirme hundirme mas. Han pasado tantas cosas en tan pocos días que me siento asustada y a la vez orgullosa de mi misma. Y algunos os preguntaréis cuáles pueden ser los motivos por los que una chica de veinte años puede estar tan preocupada, pues bien allá voy:

Todo comenzó con nueve o diez años. Siempre fui una niña muy charlatana a la que le encantaba hacer reír a sus compañeros de clase y por cierto, muy valiente; de esas niñas que preguntan y participan constantemente en clase (recuerdo competir con un amigo para ver quién leía mas rápido). Pues bien, a los nueve años todo cambió. Tuve que pasar junto con mi familia por una muy difícil situación de la que a día de hoy todos seguimos marcados de una forma u otra. Comencé a tartamudear. Lo que antes me divertía y hasta me ofrecía voluntaria para ello (leer en clase) comenzó a darme un miedo terrible, no quería que nadie se burlase de aquello. Sudores fríos, nerviosismo, el corazón a mil por hora...y todo aquello tan siquiera habiendo comenzado a leer. Poco a poco el miedo aumentó y comenzó a manejar mi vida diaria. Había niños que se burlaban y, claro, me creó mas y mas ansiedad. Después el instituto,que odiable época de la que aún no consigo salir. Tuve algunos profesores muy comprensivos, otros simplemente no se como les permitían ejercer. "¿Qué te pasa en la boca?" "venga que tenemos prisa" "tú no; alguien que lea rápido" y todo palabras de profesores... Un maldito profesor en 3º de la ESO  después de preguntar si me pasaba algo en la boca y verme llorar siguió su clase sin importarle lo mas mínimo lo que me había hecho sentir; ahí fue cuando perdí el interés por los estudios.

Tantas cosas que decir y no poder generar un solo sonido, una simple silaba... La impotencia de querer hablar y no ser capaz por miedo; ese miedo tan irracional. El sentimiento de inutilidad que te inunda cuando no eres capaz de acabar una frase y otro lo hace por ti. Nos queda demasiado por aprender con respecto a la tartamudez pero vamos a empezar por normalizarla y aceptarla. Yo, hoy día 7 de Noviembre de 2014, puedo decir que me estoy aceptando poco a poco y estoy superando miedos y barreras que me impedían hacer mi vida con normalidad. Al fin y al cabo yo no elegí tartamudear pero si hablar y tengo muchas, muchas cosas que decir.

                                                                                                                           Una inmortal


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