martes, 11 de agosto de 2015

Miedo

Todos tenemos miedos, algunos irracionales, otros reales; miedo a la soledad, al rechazo, a cualquier cambio. A veces parten de un hecho concreto, a veces de una simple idea. En ocasiones nos desvelan, nos quitan el apetito, hasta llegan a dejarnos secuelas físicas.

A veces nos levantamos pensando en ese temor, ese agobio que produce la sensación de impotencia ante el peligro, el miedo en su mas sencilla forma; el desconocimiento, la incertidumbre. Ese sentimiento que te paraliza, te abraza y te nubla la visión; ya no sabes si lo que ves es verdaderamente cierto, o si tus ojos siguen cerrados en la realidad.

Tanto miedo te acaba volviendo loco... Loco porque sin haber actuado, tu cabeza ya ha sufrido la pérdida que provocaría tu paso adelante; y tan siquiera has cruzado la línea de salida. Loco porque esperas diferente resultado de un mismo hecho. Loco porque sabes que darías todo por que esa sensación se esfume; esa sensación que esta dentro de ti, que es totalmente irracional y que sabes que si lo dices en voz alta te darás cuenta del gran error que sería.

Poco a poco esa madeja se va desenredando y vas comprendiendo tus temores, tus fobias, tus miedos; tu esencia. Eres lo que otro ha querido que seas; a mi me hicieron dependiente, inestable, confusa... aunque también fuerte, soñadora, valiente, responsable y comprometida.

Prometo que por cada granito de miedo intento poner dos alguna virtud. No voy a darte la respuesta a cómo superar el miedo, si la encuentras espero que me la digas, pero solo voy a decirte que cualquier temor es reemplazable, con esfuerzo, tiempo y pensamientos positivos ese temor irá atenuándose como la llama de una vela. Aprende a conocerte con miedos y virtudes, así comenzarás a amarte. Amate como nadie nunca lo hará. Aceptate y entiende que tu no has elegido ser así, solo eres el resultado de las decisiones de otros, decisiones que no podrás cambiar pero si podrás aprender a vivir con ellas. Acabarás deseándole buenas noches a tus miedos y al despertar y ver un nuevo día, seguirás afrontando y solucionando, además de alegrar la vida de otro con tu sonrisa.

Mírate las manos y comprende que solo tus decisiones podrán llevarte a donde realmente quieras. Con la maleta cargada de miedos y de esperanza; con la ansia de ser feliz y con el lastre del pasado, aunque el camino sea laborioso merecerá la pena haber nacido de esos miedos.

                                                                                                                             Una inmortal