¿Alguna
vez has tenido un día de esos en los que abres los ojos y sientes
que necesitas volver a cerrarlos? Piensas que quizás no habrás
dormido bien. Culpas a la almohada y a la cena. Cierras los ojos y
duermes un poco más. Despiertas y ahora lo sientes, no hay nada por
lo que salir de la cama. Tienes mil y una cosas por hacer, pero hoy
solo te apetece estar en la cama, sola.
Cientos
de dudas te recorren la cabeza, hoy solo ves problemas que dan mucho
miedo. Aún así, no te queda mas remedio que levantarte. Situaciones
cotidianas comienzan a provocarte ansiedad; te das por vencida y
vuelves a la cama. Ya estás en tu zona de confort, ahora comienzas a
estudiar tu pasado y curiosamente solo recuerdas los errores. Piensas
en los últimos días, los repasas y buscas la causa de tu aflicción;
se te ocurren unas cuantas.
Sales
fuera, necesitas tomar aire fresco, hace un viento horrible, el cielo
está gris y hace bastante frío ¿estará el mundo hoy en tu contra?
Te distraes un rato pero al poco tiempo vuelven todos esos
sentimientos, esa desidia, esa melancolía, ese pesar. Vuelves al
cuarto.
Llega
la noche, todo sigue igual; has pasado prácticamente todo el día
deprimida y te maldices por haber desperdiciado el día. Ha sido un
día de mierda y lo sabes, pero también eres consciente de que
mañana volverás a tener otra oportunidad, volverá a salir el Sol.
Decides encomendarte al dios Morfeo.
Siempre
habrá días así, días difíciles que se hacen cuesta arriba. Pero…
¿y si no existieran esos días tan horribles? Es necesario
recapacitar sobre esas acciones que te pesan, reflexionar si tienes
lo que realmente quieres, si eres feliz y qué puedes hacer para
seguir siéndolo o llegar a serlo. Sin esos días malos seguramente
no apreciaríamos lo suficiente los buenos momentos ni las personas
que nos hacen felices. Pide perdón, di te quiero, da las buenas
noches y sigue aprendiendo segundo a segundo. No te agobies por el
futuro; vendrá lo que venga, pasará lo que pase y tú seguirás
empapándote de buenos momentos. ¡Siempre resurgirás de tus cenizas
como el gran Fénix que eres!
Una inmortal